Que Avelino Gutiérrez, actual presidente de la asociación de la prensa deportiva melillense, tiene algo en contra del Melilla no se le puede ocultar a nadie. Por mucho que disfrace su guerra con un par de batallas contra la Junta Directiva que preside Paco Molina. Lo cierto es que el daño se lo hace a la entidad, a sus aficionados, y si apuramos, a la ciudad. La imagen que este hombre vende del club no hace más que fomentar una discordia, que además acaba convirtiéndose en incoherencia cuando defiende la unión del fútbol melillense.
Lo que me cuesta entender es como un profesional de la información se tira a la piscina de esa manera. La desinformación es el primer pecado de un buen periodista, que no lleva más que a la mediocridad. Sé que a veces funciona, pero en este caso, la verdad le ha jodido una buena noticia Sr. Gutiérrez. Su afán personal por hundir el trabajo de un grupo de personas y de un club, han acabado nublándole el juicio periodístico, para doblarlo al servició de su más puro interés. Por suerte, después de esto su credibilidad será la misma que la que ofrecen sus comentarios. La pena, es que su imagen de periodista, la cual debe quedar muy dañada, represente al resto de profesionales que no utilizan su poder como medio público, para enturbiar a su antojo. Sus guerras personales hacen más daño del que cree a una profesión que ya de por sí anda herida por el brutal intrusismo que padece. Pero si los propios periodistas, empezamos a caer en esto, poco nos queda que hacer en este mundillo. Que cada uno haga examen de conciencia, porque esto Sr. Gutiérrez no es periodismo. Es basura._ENRIQUE SALVATIERRA
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